A veces no sabemos cómo hemos llegado a donde estamos… y sin embargo el agotamiento proveniente de la discusión, de la exigencia o reproche constante… o la sensación de no sentirse acogido en nuestra relación está ahí, junto al deseo profundo de querer estar y solucionar esos problemas y no poder. La terapia de pareja puede ser una buena opción.
Es sin embargo un paso muy valiente exponer delante de otra persona ese tipo de vivencias… temiendo el jucio, la valoración, la culpa, … que vienen seguramente de la falta de contacto con nosotros mismos…
La terapia es precisamente salir de esa valoración, de la culpa, y comprender qué está ocurriendo en vez juzgarlo, contactar con nuestras necesidades y emociones, con las de nuestra pareja, y reparar el sufrimiento. Y buscar nuevas formas de percibir lo que ocurre, nuevas maneras de percibirnos, y nuevas maneras de relacionarnos.
El primer lugar en el que aprendimos qué es el amor fue en nuestra familia de origen. Qué nos gustó y qué no de ese aprendizaje, qué recibimos y qué nos faltó en él y cómo tuvimos que adaptarnos tiene una gran influencia en nuestras dificultades de pareja. Esa historia anterior será parte del camino para reescribirla.
Trataremos entonces de encontrar las formas de comunicarnos y relacionarnos que nos permitan rescatar aquello que realmente deseamos vivir, una base diferente, quizá un lugar seguro.