PREGUNTAS FRECUENTES
Los nervios antes de comenzar un proceso de psicoterapia son muchas veces normales… ¿Cómo no vamos a sentir inquietud por aquello que no sabemos bien cómo va a ser, cómo nos vamos a sentir en esa situación, si nos van a juzgar, si esto es para mi, si vamos a ser capaces de, o por contar nuestras cosas a alguien que aún no conocemos… Me viene a la cabeza la imagen de dos enamorados que desean conocerse más y no se atreven…; ¿te suena? En este caso, te estoy esperando con todas tus emociones e inquietudes.
Puede surgir también en ti vergüenza al imaginar hablar de tus cosas… y también es algo muchas veces normal. La vergüenza viene del propio juicio que haces sobre si lo que te ocurre es inadecuado, o si hiciste algo mal, o por pensar que lo tuyo es “raro”… o por tantas veces que te han criticado en tu dolor… Te sugiero que confíes pues abordar esta situación será parte del trabajo, sin juicios. ¿Sin juicios? Sí, leíste bien, todo lo que te ocurre es, seguro, lo normal, lo que pudiste hacer en tu situación. ¡Ahora se trata de plantearlo de otra manera!
A veces perdemos la esperanza o nos invade la desgana… es posible que lo hayas intentado varias veces… es posible que no hayas encontrado con quien sientas compresión y apoyo, es posible que te duela y no quieras remover… Está bien, todo ello es normal. ¿De verdad no hay en ti un íntimo deseo de que las cosas sean de otra manera? La palabra consuelo tiene dos partes: con-suelo. La terapia puede ser tu suelo donde hacer pie y seguir… ¡Adelante!
La relación, el vínculo, la conexión entre terapeuta y cliente-paciente es uno de los elementos más importantes de la psicoterapia y determinantes en su eficacia en la transformación personal. Entiendo que esta comunicación se produce de forma más completa y sensitiva en la relación presencial. Por tanto, sólo en situaciones muy excepcionales en las que no exista otra posibilidad material acepto el trabajo de forma on-line.
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El tiempo que dura una terapia es muy variable en función de cuál sea la dificultad a abordar y la historia personal de quien quiere hacerla. En este sentido no hay tiempos definidos.
En cualquier caso el tiempo que tú quieras permanecer en ella, más allá de la opinión del terapeuta, es siempre una decisión tuya.